domingo, 18 de septiembre de 2011

FE.

I.  Del AT (raíz hebr. 'mn, como amén, lo firme, válido, que inspira confianza y da seguridad) recibe «fe» sus connotaciones de «confianza» (fiarse de) y esperanza; de ahí las construcciones «creer en», "fiarse de», «creer que».
Fe, en general, es una respuesta humana libre y positiva a una interpelación divina; la clase de fe depende de la clase o calidad de la interpelación. La fe cristiana es la respuesta a la interpelación de Dios verificada en Jesús, prueba de su amor sin límites a la humanidad Un 3,16). La respuesta de fe (cf. Rom 1,5) consiste en aceptar a Jesús Un 1,12) como muestra del amor de Dios a los hombres, dando una adhesión incondicional a su persona (Mc 3,14: "para que estuviesen con él») y proponiéndose colaborar en su obra de salvación (Mc  ibid.: «y para enviarlos a predicar»; Jn 3,16s). Lleva consigo un cambio de vida (Mc 1,15: «Enmendaos»).

II. En los sinópticos, el término "fe» se encuentra siempre en boca de Jesús (excepto en Mc 2,5 par., pero con referencia a Jesús). Lo mismo, casi siempre, el verbo «creer». Fe en Dios (Me 11,22), en Jesús (Mt 18,6), creer a Juan Bautista (Mt 21,32), la buena noticia (Mc 1,15); en relatos de curación indica confianza en la bondad de Jesús y la certeza de su poder (Mt 9,28; Mc 5,36; 9,23s; Le 8,24); la eficacia de la oración depende de la fe (Mt 8,13; 21,22; Me 11,23). La falta de fe/adhesión se muestra en el temor (Mt 8,26; Me 4,40), en la duda (Mt 14,31), en la torpeza para entender (Mt 16,8), impide liberar a otros (Mt 17,20), es falta de confianza en Dios (Mt 6,30; Lc 12,28).
La fe «salva» o «cura» (Mt 9,22; Mc 5,34; 10,52; Lc 7,50; 8,48; 17,19), realiza lo que parece imposible (Mt 17,20; Mc 11,23s; Le 17,6, expresiones para indicar la caída del sistema opresor). Jesús espera fe de sus discípulos (Mt 6,30; Mc 4,40; Le 12,28; 22,32).

III. En Jn, la «fe/adhesión a Jesús» (2,11; 3,15, etc.), cuando es plena equivale a dar la adhesión a Jesús como Mesías e Hijo de Dios (20,31), enviado de! Padre (11,42), consagrado por Dios (6,69), creer que e! Padre está con él y 'él con e! Padre (14,10), que ha salido de junto al Padre (16,17); «dar la adhesión al Hombre» (9,35), a la luz (12,36), creer a Jesús (10,37). Sinónimos de «creer/dar la adhesión a Jesús»: «acercarse» (5,40; 6,35), «aceptado» (1,12; 5,43), «amado" (14,15,23s).
IV. En los escritos apostólicos, fe es la respuesta de adhesión al mensaje (Rom 1,5; 15,18; 16,19; d. 1 Tes 1,6; Col 3,16; hay paralelismo entre akoé, lo que se escucha, e hypakoe, la respuesta a lo que se escucha, Rom 10,17; Gál 3,2.5; 1 Pe 1,22), a la verdad o a la buena noticia (Col 1,5; 1 Pe 1,22; cf. Sant 1,18). Por eso supone un conocimiento, tiene un contenido intelectual (Rom 6,8s; 10,9-14; 1 Cor 15,11). Pero el mensaje no es pura información, sino invitación personal de Dios al hombre, que pide una decisión; por eso la fe es compromiso de vida (Rom 6,10s; 1 Pe 3,21); por la fe/adhesión a Jesús concede Dios e! Espíritu (Gál 3,14; d. 3,2.5) Y el perdón de los pecados (Hch 10,43).

Fe verdadera «<los que creen en él») que recibe el Espíritu sin bautismo (Hch 10,43s), como e! día de Pentecostés (Hch 2,4; 11,15). Fe defectuosa (vcreyeron a Felipe»), que no recibe e! Espíritu a pesar del bautismo (Hch 8,12.14-16).

La fe es también una actitud permanente hacia Dios (Mc 11, 22; 1 Tes 1,8; 1 Pe 1,21). Por la fe, el hombre se fía de Dios, cree en él (1 Tes 1,8), se fía de su acción (Rom 10,9) y de su promesa (fe-esperanza, Rom 4,18-20).
La fe, por tanto, comienza y constituye la nueva relación con Dios (cf. Jn 1,12s); como respuesta, depende del previo llamamiento (favor o gracia) divino; como actitud, por ser relación, no es una «obra» que puede existir como algo realizado, independiente de su término, y excluye todo orgullo basado en la propia eficacia (Rom 3,27; d. 1 Cor 1,31; 4,7; Le 18,9-14). Por ser relación, no concentra al hombre en sí mismo, sino lo abre y lo centra en Dios (cf. Rom 6,11) y en Jesús (cf. Rom 14,8; 2 Cor 5,15). La fe, como actitud de adhesión equivale al amor de identificación con e! Padre y con Jesús. Examinar si uno se mantiene en actitud de fe (2 Cor 13,5; cf. 1 Cor 10,12; 16,13).

V. En Pablo, sólo la fe, no las obras, es condición para ser rehabilitado por Dios (Rom 3,28.30; 4,6.13.24; 5,1, etc.; d. 1, 17). Las obras, sin embargo, son la expresión normal y necesaria de la fe, y se resumen en e! amor fraterno (13,8-10), «la fe que se traduce en amor» (Gál 5,6). Para Santiago, la fe que no se demuestra con obras es un cadáver (2,26), no salva (2,14; d. Mt 7,17.21.26); la fe va madurando con las obras (2,22).
Por el Espíritu que Dios comunica al que cree (Rom 8,15; Gál 4,6), la fe libera de la Ley, que era un estadio infantil (Gál 3,23-25), da la condición de hijo en vez de esclavo (ibid. 3,26; 4,7), Y hace herederos de Dios con Cristo (Rom 8,17; GáI4,7).
VI. En Jn se establece la oposición entre fe y mundo; fe es optar por Dios contra e! mundo Un 17,8.14.16), es decir, renunciar a la escala de valores del mundo y adoptar la de Dios, manifiesta en Jesús (1 Jn 2,16).

La fe acepta que Dios se revele por medio de Jesús-hombre Un 1,14; cf. 6,42) Y descubre en él al enviado de Dios Un 6,29; 12,44) Y alHijo (6,40; d. 20,31), tomando su vida como regla de conducta (13,34s; 17,14; cf. 1 Jn 2,6). Quien cree que Jesús es e! Mesías, Hijo de Dios, y le da su adhesión, ha nacido de Dios (1 Jn 5,1; cf. Mt 16,16), para él no hay juicio (Jn 3,18), ha pasado de la muerte a la vida (5,24), tiene vida definitiva (3,36; 5,24; 1 Jn 5,13), vence al mundo (1 Jn 5,5), obtiene la resurrección (6,40).
Unión entre fe y amor fraterno: lo mismo «e! que cree» (Jn 5,24), como «e! que ama a sus hermanos» (1 Jn 3,14) han pasado de la muerte a la vida. Quien busca honor humano no puede creer en Jesús (Jn 5,44; 12,43).
VII. La fe, la esperanza y e! amor fraterno constituyen la vida cristiana (1 Cor 13,13; 1 Tes 1,3). Da confianza y seguridad (Ef 3,12), pero ésta no estriba en las obras, sino en la fidelidad y amor de Dios al hombre (cf. Rom 5,8-10; 1 Cor 1,9). Una fórmula que resume la fe cristiana es «Jesús (o Jesús Mesías) es Señor» (1 Cor 12,3; Flp 2,11; cf. 1 Pe 3,15), equivalente a la fe en su resurrección (Rom 10,9), que incluye la esperanza en la resurrección de los fieles (1 Cor 15,12s) y afirma la divinidad de Jesús Mesías (Flp 2,6-11). La fórmula de Jn es «Jesús es Mesías e Hijo de Dios» (Jn 20,31; 1 Jn 5,1-5; d. Mt 16,16), que pone más de relieve la misión de Jesús y justifica su seguimiento. También, «Señor mío y Dios mío», en boca de Tomás (20,28).

jueves, 8 de septiembre de 2011

EUCARISTÍA.

I.                    La acción de gracias, como la bendición o alabanza a Dios, actitud de la vida cristiana (Mt 11,25; Lc 10,21; Jn 11,41; Rom 1,8; 7,25; 1 Cor 1,4 etc.).

II.                 Jesús instituye la eucaristía en la última cena. El significado de la eucaristía se basa en el de la comida en común como causa y señal de amistad/hermandad, según el siguiente simbolismo: a) el alimento es factor de vida; b) participar del mismo alimento equivale a participar de la misma vida; e) quienes participan de la misma vida son hermanos. En la eucaristía, Jesús eleva este simbolismo a un nivel superior: a) él es «el pan/alimento de vida» Un 6,35); b) asimilarse a Jesús significa participar de su vida/Espíritu Un 6,54); c) los participantes se hacen hermanos/amigos entre ellos y de Jesús Un 20,17; 15,14s).  

La eucaristía es, pues, para el seguidor, un compromiso de asimilación a Jesús en su vida y en su entrega final (Jn 5: carne y sangre), que produce una identificación con él Un 6,56); Renueva, por tanto, el seguimiento inicial, aceptando de nuevo sus condiciones.  

III.                «Bendición» equivale a «acción de gracias» (cf. Mt 14,19; 15,36; 26,26 par.). Relatos de la eucaristía: Mt 26,26-28; Mc 14,22,24; Lc 22,17-19; 1 Cor 11,23-25. Acciones: coger el pan/la copa, pronunciar la bendición/acción de gracias, partir (el pan), dar o repartir con las palabras de explicación. 1 Cor 11,14s añade las palabras de institución: «Haced lo mismo en memoria mía».  

Fórmulas para el pan: Mc: «Tomad, esto es mi cuerpo». Mt: «Tomad, comed, esto es mi cuerpo». Lc: «Esto es mi cuerpo». 1 Cor: «Esto es mi cuerpo, que se entrega Po! vosotros; haced lo mismo en memoria mía» 

Fórmulas para la copa: Mc (cuando ya todos han bebido): «Ésta es la sangre de la alianza mía, que se derrama por todos» (cf. Éx 24,8). Mt: «Bebed todos, que ésta es la sangre de la alianza mía, que se derrama por todos para el perdón de los pecados». Lc omite. 1 Cor: «Esta copa es la nueva alianza (cf. Jr 31,33) sellada con mi sangre; cada vez que bebáis, haced lo mismo en memoria mía» 

IV.               Jesús reparte el pan durante la cena «<mientras comían», Mt 26,26; Mc 14,22); según 1 Cor 11,25, distribuyó la copa después de cenar. En Corinto, la eucaristía (11,20: «la cena del Señor») se realizaba al final de una cena que debía expresar la fraternidad, pero que, por las diferencias sociales, causaba desunión (1 Cor 11,17-34). La participación del pan/cuerpo de Cristo crea la comunidad/cuerpo de Cristo (1 Cor 10,17); no se puede ofender a uno sin ofender al otro (11,28s; cf. 10,1-12). La cena del Señor se celebra esperando su venida, es decir, la realización del designio divino (11,26; cf. Mt 6,10), como anticipación del banquete del Reino (Mt 6,11).  

No se debe pronunciar la acción de gracias (oración eucarística) en lenguas incomprensibles (1 Cor 14,165).  

V.                 Jn no narra la institución: donde Mt y Mc colocan la eucaristía, entre el anuncio de la traición de Judas y el de las negaciones de Pedro, Jn coloca el nuevo mandamiento (13,34s), el de un amor a los hermanos como el de Jesús, código de la nueva alianza, inaugurada con la sangre de Jesús (1 Cor 11,25).

  En el discurso del pan de vida, en vez de "cuerpo" usa "carne"/hombre mortal.      
      
VI.  En Hch, se designa la eucaristía con la frase «partir el pan» (2,42.46; 20,7.11), según el relato de Le 22,17-19, que omite la mención de una copa después del reparto del pan. Es una comida en común, celebrada en las casas en atmósfera de alega (2,46s). De ahí las comunidades domésticas (Rom 16,5; 1 Cor 16,19; Col 4,5).